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1.000 km, 10.000 años
Alexia Tala

Curadora e Crítica de Arte


Marcelo Moscheta fue el primer artista residente de Plataforma Atacama y el segundo en realizar una exhibición con los resultados de esta experiencia. Moscheta es un artista viajero que concibe sus viajes como una manera de levantar elementos para reconstruir cartografías a través de lugares que no son propios, el va tomando estos pequeños elementos insertos en la naturaleza para crear sus obras por medio de instalaciones, fotografías y dibujos. En su proceso creativo siempre ha existido el afán por retratar sus desplazamientos por distintos lugares geográficos por medio de la observación y recolección, este se asimila a un trabajo arqueológico que le permite, como artista, capturar y repensar el lugar donde ha estado.

Su experiencia en el Desierto de Atacama, se suma a una serie de proyectos que ha desarrollado en diferentes paisajes del mundo. La inmensidad y aridez del desierto, su horizonte que se expande y su cielo infinitamente estrellado significaron para el artista una conexión directa entre cielo y tierra. Las condiciones tanto geográficas como arqueológicas y astronómicas con las que cuenta este paisaje lo incitaron a desarrollar una obra que entablara esa comunicación entre el acá y el infinito desde la perspectiva de la historia. Esta vivencia la convirtió en obras que son una especie de notas sobre el universo, tanto de la gran historia que se cuestiona quiénes somos y de donde venimos –la cual se estudia exhaustivamente desde los cielos de Atacama a miles de millones de años luz en el proyecto ALMA (1) – como sobre el origen del ser humano por medio de la piedra paleolítica.

La exhibición titulada 1.000 kilómetros, 10.000 años alude metafóricamente al presente y al pasado. Mil kilómetros es la distancia recorrida por el artista desde su llegada al desierto de Atacama hasta su ultima dislocación en este territorio, diez mil años es la edad en que las primeras civilizaciones Licanantai comenzaron a habitar el desierto de Atacama, estableciendo así una relación espacio temporal en su manera de ver el paisaje. La tierra se presenta para Moscheta como la representación del pasado, del paso de los ancestros, de la narración de una historia natural que acoge al hombre. Es una especie de campo de investigación arqueológico donde desentrama posiciones geográficas y cifras numéricas que narran sus recorridos.

En la obra Linha:Tempo:Espaço, Moscheta presenta una acumulación en forma de una larga línea de la misma roca replicada en cerámica muchas veces –obtenida de la colección de piedras y herramientas paleolíticas de la arqueóloga Ana María Barón–. Cada una de ellas ha sido catalogada con una chapa de cobre (2) que registran las coordenadas de los dislocamientos del artista durante el periodo de 10 días que residió con base en San Pedro de Atacama. Linha:tempo:Espaço nace formalmente de su experiencia in situ en el desierto de alinear rocas en el Trópico de Capricornio, muy cerca de donde se encuentra ubicado el monolito que indica el paso del camino del Inca (3). La acción que Moscheta realiza sobre la línea del trópico ya no une rutas comerciales, sino que posiciona un trazado contemporáneo a través de una estrategia arcaica de hacer camino con piedras; se conecta hacia el pasado a través de un gesto que sólo él presencia.

En la pared a un costado de Linha:Tempo:Espaço se ubica Atacama: 28.04-06.05/2012, un mapa dibujado con grafito sobre pvc expandido que señala los desplazamientos que realizó que indica la multiplicidad de líneas creadas a partir de los puntos cardinales ya antes mencionados. Con esta obra, Moscheta muestra una perspectiva de visión que no es la humana, sino la visión desde el cosmos.

En la otra parte de la instalación se encuentra Timelapse, una pequeña caja con tierra, arena y piedras recogidas en el desierto de Atacama junto a una placa que señala el tiempo en que estuvieron los primeros habitantes de la zona. Moscheta hace el gesto de guardar la memoria de ese territorio como una especie de archivo/registro de ese evento. Así como, alguna vez los astronautas rememoraron su llegada a la luna con una placa que sellaba el evento, el artista, con esa imagen como referente, concentra parte de su mirada en el suelo como objeto de estudio y vuelve a establecer un vínculo entre los muchos astrónomos que habitan esas tierras (proyecto ALMA) y que focalizan su análisis en la observación del cielo, las galaxias y el universo completo.

La obra Timelapse establece una comunicación entre el pasado, por medio de la huella de esos primeros habitantes de esas tierras y el futuro visto a través de la observación de las estrellas, como una especie de puente entre el ayer y el mañana, guardado, sellado y registrado, esta vez, por el artista.
 
Moscheta triangula una mirada que es una intersección perpendicular de la historia, con sus pies en la tierra y la mirada dirigida hacia el cielo. El horizonte se presenta en el infinito detenido por las montañas. La inmensidad percibida por el artista en la tierra se replica en la mirada hacia un cielo despejado e igualmente infinito. En él, confluyen ambas percepciones, la historia del origen, de los ancestros, de la tierra y la de lo desconocido en el cosmos, explicando el pasado y anunciando el futuro.

Tal como lo relata Patricio Guzmán –documentalista chileno/español– en su película Nostalgia de la Luz, el desierto de Atacama es una conexión entre pasado y futuro; pasado ancestral en uno de los desiertos más secos del mundo, cuya característica permite la conservación de la historia del hombre. Asimismo, el estudio del cielo, en un lugar sin humedad, también se erige como el más importante lugar del mundo para la observación de las estrellas y galaxias.

Moscheta relaciona ambos mundos y los enfrenta poniéndolos en diálogo visualmente, intentando analizar la experiencia de los modos en que se ha habitado y habita el desierto.



1. Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array – ALMA, es un proyecto que contempla un solo telescopio compuesto de 66 antenas ubicado en el llano de Chajnantor, en el desierto de Atacama, norte de Chile. Este es un proyecto astronómico de asociación entre Europa, Norteamérica y Asia del Este en colaboración con Chile y se instala como el observatorio astronómico más importante del mundo. Este conjunto de antenas recopila distintas imágenes de una misma zona del cielo para luego unirlas en una gran y detallada imagen del cosmos, por lo tanto, su estándar de trabajo es de altísima calidad y precisión.

2. Las chapas son especialmente de cobre haciendo referencia al principal mineral que sostiene la economía chilena que es extraído en el norte de Chile.

3. Este camino fue parte de un sistema vial inventado por los Incas y unía importantes ciudades del imperio, cuyo recorrido en medio del desierto dependía de la disponibilidad de agua. Cercano al pueblo minero Inca de Oro, al nor-este de Copiapó, este camino de 6 mil kilómetros aproximadamente, unía el Tahuantinsuyo como parte de una ruta comercial que atravesaba todo el imperio. En Chile pasaba por Atacama, la zona de Copiapó y el valle del Aconcagua hasta el Río Maule.



texto por la mostra en Galeria Leme, 2013.